Mi escolarización ha sido medio en castellano, medio en valenciano. O al menos eso creo, porque la verdad es que no me acuerdo del todo. De lo que estoy segura es que en el instituto podías escoger entre la línea en castellano o la línea en valenciano. Yo escogí la segunda opción, y la verdad es que eso me ayudó mucho a familiarizarme con el valenciano escrito, porque si bien en casa siempre he hablado en valenciano, casi no leía ni escribía en esta lengua, de manera que mi competencia escrita dejaba mucho que desear. Después, en bachillerato, cuando hacíamos los comentarios de texto en valenciano, los profesores decían que se notaba mucho la diferencia entre los que habían hecho la línea en valenciano y los que la habían hecho en castellano. Así que hice una buena elección.
En cuanto a las lenguas extranjeras, a mí en el colegio me enseñaron francés. Era un colegio concertado que estaba en vías de extinción. La mía fue la última promoción y, a medida que íbamos pasando de curso, los cursos iban desapareciendo. Os explico: cuando pasé a segundo de EGB, desapareció primero (ya no aceptaban más alumnos, iban a cerrar); cuando pasé a tercero, desapareció segundo, y así hasta sexto. Cuando acabamos sexto, subimos al instituto, porque empezaba la “era ESO”.
Bueno, a lo que íbamos, pues en mi colegio siempre se había dado francés y, para lo que les quedaba en el convento… pues no se pasaron al inglés. Total que cuando llegamos al instituto, los más “fieles” seguimos con el francés, pero algunos se pasaron al inglés, porque era lo que se llevaba. No voy a opinar sobre si hicieron bien o mal, porque la verdad es que con el nivel que salimos del instituto, daba igual coger cualquier lengua, no te iba a servir de nada.
En cuanto al francés, tuve varias profesoras. La que tuve en segundo de ESO era un sol. La verdad es que no lo hacía mal, a mí me gustaba. Seguíamos uno de esos métodos típicos de francés. Ahora no me acuerdo de cómo se llamaba el libro, pero era pasable. Después ya todo se complicó. Tuvimos una profesora que a mí no me gustó nada. Cuando empiezan con los niveles ya… Nos hizo un examen y nos distribuyó en grupos. Total, que ahí cada uno hacía unos deberes, un examen, etc. ¿Para qué? Para que al final nadie se aclarara con nada, porque ella no podía dividirse en cuatro grupos según los niveles y los del nivel alto se aburrían y los del más bajo no pillaban nada. Eso se repitió con la siguiente profesora, en los siguientes tres años. Pero aquella profesora era superaburrida! Un super tostón la pobre, pero bueno… ajo y agua. Era francesa y el único punto a favor era ese, que nos hablaba en francés (las otras no lo hacían, cosa que considero un gran error!).
Encontré una profesora buenísima en la escuela de idiomas. Era muy dura, sí, pero muy organizada. Explicaba muy bien, hacíamos de todo: expresión escrita y oral, comprensión escrita y comprensión oral, gramática, dictados, vocabulario, teníamos que leer libros, hacíamos exposiciones cada semana. Teníamos que trabajar duro, pero los resultados era patentes. Muy buena, la verdad. Yo siempre digo que mi francés lo aprendí en la escuela de idiomas. Hice segundo y tercero solo, porque para hacer los siguientes cursos tienes que irte a Castellón. Cuando llegué a Barcelona quería continuar, pero al final mira, no lo hice. Ahora estoy pensando en presentarme a quinto por libre, pero lo haré después de venir de Erasmus (porque me voy a París el año que viene!!). Bueno, si leéis esto os felicito, porque menuda parrafada que he escrito!! Un beso!
1 comentario:
Hola Clara!
que curiós això de poder escollir la llengua amb què vols que t'imparteixin les classes! No ho havia sentit mai. Però jo crec que també hauria triat fer l'itinerari en català (bé, o en valencià, ara no entrarem en aquests temes...) perquè sempre estem més exposats al castellà i és més fàcil aprendre'l a escriure bé.
En fi, que segur que l'erasmus t'anirà molt bé per perfeccionar el teu francès i et podràs treure els títols que vulguis! Quina enveja... una molt bona manera d'acabar amb Lingüística!
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