Cuando llegamos a esta altura del curso ¿no os pasa que lo único que os da fuerzas es pensar que, exactamente, dentro de 17 días estaréis de vacaciones? Yo estoy agotada, desesperada, agobiada, cansada, estresada… pero no dejo de repetirme: venga, un esfuerzo más, que sólo quedan dos semanas… Es increíble lo agotada que te deja el sistema de esta universidad. Tengo que decir que, realmente, si lo que pretenden es acostumbrarnos a trabajar duro, conmigo lo han conseguido. Pero a mi me parece excesivo. En serio, no me gusta. No me gusta hacer las cosas a contrarreloj. No me gusta que termine un trimestre y que me pongan un examen justo cuando empiezo a familiarizarme con la asignatura y con el profesor. Es como cuando te vas al extranjero. ¿Qué diferencia hay entre irse de Erasmus un trimestre o irse un semestre? Pues para mí, toda. Si te quedas solo un trimestre te vas justo cuando empiezas a centrarte y cuando ya le has cogido el gusto. Si te quedas un semestre tienes más tiempo y te cunde mucho más. El doble, diría yo. Pues lo mismo opino con el tema de los trimestres de la Pompeu. Pero bueno, este no es el tema del post…
De exámenes muy largos creo que no he tenido ninguno. El único examen interminable es la selectividad (con sus nervios, ojeras, horas de sueño acumuladas, etc.) Pero claro, además de lenguas había muchas otras materias. De exámenes injustos, en la universidad he tenido algunos, sobre todo en traducción. Porque yo me pregunto, cuando examinas a alguien de traducción ¿por qué tienes que privarle de los diccionarios? Al final he aprendido a esquivar los problemas de vocabulario a fuerza de pasar exámenes sin diccionario, lo cual es un punto positivo, pero no creo que eso justifique uno o dos puntos menos en la nota final por culpa de dos o tres palabras que, con un diccionario y un minuto hubiera solucionado sin problemas. Eso me parece injusto. Ahora ya no tanto, pero antes, cuando me encontraba frente a una palabra que desconocía me ponía muy nerviosa. ¿Y ahora qué hago? ¿A ver si puedo sacarla por el contexto? ¿Y si no puedo, entenderé, al menos, el sentido de la frase? ¿Y si hago un contrasentido? Ufff!
Pero si hay un examen en el que lo he pasado realmente mal fue el último de interpretación consecutiva. ¡Por favor! ¡Qué nervios! De verdad, eh, me sudaban las manos, no podía parar de mover las piernas, me costaba concentrarme… al final salió bien, pero ¡qué mal lo pasé!
Los exámenes de lengua ni se me dan bien ni se me dan mal. De hecho, si os digo la verdad, creo que se me dan mejor los exámenes de ciencias. Esos en los que sólo hay una solución posible. Así que poco os puedo ayudar… Sorry :(
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